niños jugando

lunes, 26 de mayo de 2014

Estudios de fiabilidad usando diferentes poblaciones de 1990 a 2000



ESTUDIOS DE FIABILIDAD USANDO DIFERENTES POBLACIONES DE 1990 A 2000






1991






Von Zuben, Crist and Mayberry
Exploraron el comportamiento de juego y su relación con el estatus socioeconómico. Modificaron la Escala Knox en una escala clasificatoria que los profesores usaron en niños de 4 a 5 años pertenecientes a una misma escuela; 41 niños eran de un estatus   socioeconómico medio y 43 eran de bajo estatus económico.
Las escuelas eran integradas socioeconómicamente, contenían una variedad de recursos de juego educativo, y tenían profesores bien entrenados.   Estos factores pueden haber afectado el nivel de experiencia de los niños y su interacción entre pares.
No se encontraron diferencias significativas de la edad de juego, dimensiones o categorías entre los grupos socioeconómicos.






1991







Morrison, Bundy y Fisher
Examinaron la contribución de la capacidad de juego y las habilidades motoras en el rendimiento de juego en niños sin discapacidad y en niños con artritis reumatoidea juvenil (ARJ).
Dos grupos de niños, 15 sin discapacidad y 14 con (ARJ), dentro de los 4 años, seis meses a los seis años, seis meses, fueron analizados.
Definieron la capacidad de juego en términos del control interno de los sentimientos del niños sobre el entorno, medido con la Escala de Locus Interno-Externo de Control  de Preescolar y Primaria (Norwicki y Duke, 1974), y la habilidad de ser creativo o imaginativo, medida por el test de fluidez asociativa de la Escala Walloch y Koogan, revisada por Ward (Ward, 1968). La competencia motora fue medida por el Test Bruininks-Oseretsky de Competencia Motora (Bruininks, 1978). El juego fue medido por la Escala Knox.
Los autores correlacionaron las dimensiones de la Escala Knox con las otras escalas en los 2 grupos. En el grupo sin discapacidades, la fluidez asociativa fue correlacionada con el manejo de material y de espacio, el locus interno de control fue correlacionado con el manejo de material, y la motricidad gruesa y fina de Bruininks se correlacionó con la participación. En el grupo con ARJ, la motricidad fina de Bruininks se correlacionó con la dimensión de manejo de espacio.




1994




Restall y Magill-Evans
Los propósitos del estudio fueron “comparar el juego de los niños con autismo con el juego en niños sin disfunción en sus casas”
Nueve niños con diagnóstico de autismo y nueve niños con un desarrollo promedio fueron estudiados. Los niños estaban dentro de los 3 y 6 años y fueron organizados por género, edad (cronológica para los que no tenían difusión y mental para los niños con autismo), y estatus socioeconómico.
Los niños fueron observados en 2 condiciones: juego sin estructurar y escenario estructurado con juguetes específicos y con los padres disponibles para los niños. Los niños fueron calificados con la Escala Knox, las Escalas Vineland de Comportamiento Adaptativo (Sparrow et al., 1984) y por los tipos de material escogidos.
Los resultados mostraron una diferencia estadísticamente significativa entre los 2 grupos en el puntaje total de la Escala Knox en la dimensión de participación. No hubo diferencia entre grupos en los materiales de juego escogidos.
La escala Knox fue significativamente correlacionada con el Vineland en el grupo autista y en la variable de socialización en el grupo no autista. El estudio se presta para apoyar las observaciones en escenarios familiares.




1994





Shepherd et al.
Compararon las habilidades de juego en niños de edad preescolar que tenían retraso en el lenguaje y el habla con aquellos que tenían un desarrollo promedio del lenguaje. Analizaron 20 niños con retraso sin una discapacidad física o cognitiva identificada y 21 niños con lenguaje promedio.
Se usó también, una escala clasificatoria de profesor para complementar la observación del juego libre.
Los autores encontraron diferencias significativas en el juego total y en las dimensiones de imitación, manejo de material, y participación.



1997



Misale y Murphy
Estudiaron los efectos del lenguaje expresivo y los retrasos motores en las habilidades de juego y la capacidad de juego en los niños. calificaron a 10 niños, 5 con retraso en lenguaje y habilidades motoras y 5 con sólo retraso en el lenguaje.
Utilizaron la Escala Knox revisada y el Test de Capacidad de Juego.
El puntaje más bajo en la Escala Knox Revisada, fue en la dimensión pretendido-simbólica. Esto fue comprobado por los resultados de la ToP y sugirieron que esos niños tenían dificultad en el juego imaginativo.






1998







Rudlinger
Comparó el comportamiento de juego de dos niños suizos con poca visión y sus mejores amigos.
N/A
Se observó diferencias cualitativas, en una de las adaptaciones que los niños con baja visión hicieron para sus materiales preferidos, como acercarse al objeto con el que estaban jugando. Ella también encontró que los niños con baja visión usualmente dirigían el juego para poder participar. Cuando los otros niños estaban presentes y los juegos se volvían difíciles, ellos podían dejarlo y empezar otro juego. 





































































En conclusión, los estudios usando La Escala Knox han mostrado una buena fiabilidad y validez en poblaciones con niños normales o con niños con discapacidades. También se probó que la Escala es útil al diferenciar las habilidades de juego por el desarrollo en una variedad de poblaciones con discapacidades. Adicionalmente, ha sido útil para evaluar los efectos de diferentes técnicas de tratamientos y para muchos otros usos.

Información obtenida de: L. Diane Parham, Linda S. Fazio (2007) Play in Occupational Therapy for Children. Capitulo "Development and current use of the revised Knox Preschool Play School" (pag 55 - 69). Editorial: Mosby Elsevier.

No hay comentarios:

Publicar un comentario