niños jugando

sábado, 24 de mayo de 2014

TE PRESENTAMOS EL CASO DE ANDREW

Andrew era un niño de 3 años diagnosticado con autismo. Cuando se realizó la prueba estandarizada, él se negó a sentarse en la silla, así que la terapeuta decidió evaluarlo con la Escala de Juego de Knox durante su juego libre. Ella lo llevó a una gran habitación clínica equipada con trampolines, columpios, cabezales y otros equipos de escalado, cajas de arena, juegos para manipular, y juegos que proporcionaban estímulos sensoriales. Andrew pudo elegir sus actividades, y la terapeuta le daba asistencia si lo necesitaba. Además la terapeuta ofrecía diferentes tipos de juguetes para observar su respuesta.

En la Escala Knox Revisada, Andrew mostró estar más interesado en actividades motoras gruesas, escogiendo columpios, trampolín y aparatos de escalada. Las actividades motoras gruesas se caracterizaron por el uso de su cuerpo entero, lanzarse, saltar y escalar. El estuvo muy curioso sobre los objetos poco familiares de la habitación y los exploró. Los movimientos fueron bien coordinados, y él pudo acelerar, desacelerar y cambiar el curso. En la dimensión de manejo de espacio, mostró habilidades de juego al nivel de 36 meses de edad.

En el manejo de materiales, el juego de Andrew estuvo en el nivel de 12 a 18 meses. La manipulación consistió en tirar, golpear, apretar e introducirse a la boca objetos con texturas inusuales. Principalmente estaba interesado en la sensación y el movimiento. Andrew no mostró reacciones aversivas a las texturas, excepto por la crema batida. Su mamá mencionó que no juega con juguetes en casa.

En la dimensión pretender ser o simbólica, las habilidades se encontraban en el nivel de 12 meses. No se observó imitación en la clínica, sin embargo, la mamá reportó que el aprendió la mayoría de sus actividades de vida diaria con la observación y la imitación.

Las habilidades de participación también se encontraban en el nivel de 12 meses. El juego era generalmente de naturaleza solitaria. Andrew ocasionalmente miraba otros en la habitación pero no los imita ni entraba en su juego. En el lenguaje, él tarareaba para sí mismo y usaba gestos primarios para comunicar sus deseo.

Lo más impresionante acerca de Andrew fueron las discrepancias entre el manejo del espacio y las demás dimensiones. Aunque coordina los movimientos motores gruesos, evitaba actividades de manipulación o jugar con juguetes u objetos con cualidades sensoriales. La imitación fue severamente limitada, y la participación con pares, inexistente. El análisis de estas discrepancias ayuda a la planeación del tratamiento. Los objetivos en la terapia incluyeron aumentar el propósito al jugar con juguetes y la imitación al interactuar con adultos y pares en el juego.

Información obtenida de: L. Diane Parham, Linda S. Fazio (2007) Play in Occupational Therapy for Children. Capitulo "Development and current use of the revised Knox Preschool Play School" (pag 55 - 69). Editorial: Mosby Elsevier.

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